Como siempre, la noche anterior a una carrera la he pasado despertándome mil veces y con muchos nervios. A las 7:30 ya no podía más y me he levantado de la cama. He desayunado bien, concienzudamente, sabiendo que no iba a probar bocado hasta las 12h más o menos. Me he relajado leyendo un poquito, me he cambiado, y a la hora estipulada he salido hacia Catarroja.
Al llegar, me ha costado muchísimo aparcar y al final he tenido que dejar el coche en el polígono industrial, o sea, a tomar por saco. He ido a por mi dorsal y ¡zas! primer contratiempo: No me han traido una camiseta del club y no tengo qué ponerme para salir a correr. No he tenido más remedio que salir con la única camiseta que llevaba, una de algodón que pesaba una barbaridad y no traspira nada. El segundo contratiempo (menos inoportuno, pero igual de toca-pelotas) ha sido aguantar los comentarios de un idiota de éstos que hay en todas partes y en todos los deportes, que se creen que corren más que nadie y que parece que le moleste ver a gente nueva practicando su deporte, como si les molestáramos. El caso es que me ha hervido la sangre y por no darle una contestación de su estilo, me he ido a ponerme el dorsal al coche.
Y así, de esa guisa, con una pinta de globero que-pa-qué, y con los nervios a punto de estallar (por la distancia y por el imbécil) tomamos la salida mi "entrenador" y yo a ritmo de unas 160ppm. A los 2 kms, entre el calor, la camiseta, los nervios, y que no he bebido nada desde el día anterior (ni un vaso de leche) siento que empiezo a marearme y pido bajar un poco el ritmo al menos hasta llegar al km5 donde está el primer avituallamiento. Pepe, que es un santo, baja el ritmo y me dice que me quite la camiseta y se la doy. Así iría hasta último kilómetro, llevándome a mí a rastras y a mi camiseta en la mano. Del km2 al km5 he ido realmente jodido, pero a partir de ahí, hemos encontrado un buen ritmo y me he sentido muy muy bien.
De hecho, iba tan bien, que no hacíamos más que recoger cadáveres andantes por el arcen. Me sentía fuerte y seguro, y cada kilómetro que pasaba, mejor aún. Pero aún me quedaba un último bajón: A partir del km13, ya no iba tan fresco, las piernas me pesaban, me dolian las rodillas, me faltaba aire y ritmo. Sentía que arrastraba los pies... A lo lejos hemos visto a uno del club que iba andado y yo no tenía fuerzas ni para cogerlo, pero al final hemos entrado juntos los tres.
El tiempo final, 1h32'08'' (reales) no me ha dejado satisfecho, porque quería bajar de los 6'/km, y no ha podido ser (me sale una media de 6'09'') Aún así, estoy bastante satisfecho por haber acabado, por haberme sobrepuesto a los bajones, y por haber llegado (a rastras, pero corriendo) a la meta. Ahora se trata de analizar los malos momentos y tratar de evitarlos para la semana que viene.
Ni qué decir tiene, que Pepe no me he dejado solo ni un momento, ni siquiera cuando a falta de 2 kms para el final le he pedido que fuera para adelante, que me dejara acabar a mi estilo. Nada, ni por esas... se ha negado a abandonarme y me ha animado cada vez que ha abierto la boca, dándome consejos, órdenes, ánimos, llevándo mi camiseta como lastre... en fin, desde aquí, que sé que lo lees: GRACIAS, PEPE
2 comentarios:
Es la primera vez que leo tu blog y me sorprendes con la crónica de tu carrera del domingo. Debo decir que, aunque no estés contento con el ritmo medio, te has sobrepuesto de los incidentes previos (camiseta e imbécil) y has aguantado el esfuerzo de terminar, sea como sea. Ese es el primer paso, no rendirse. Lo demás vendrá con el trabajo y la constancia. Y tampoco te obsesiones con los ritmos. Caen por su propio peso.
Ánimo Jordi!
Un saludo!
De todas las carreras, las buenas y las malas, hay que sacar conclusiones que nos ayuden a mejorar.
Estoy seguro que los contratiempos te han restado competitividad, sobretodo en el aspecto mental, pero la próxima vez las cosas serán diferentes.
Ahora a descansar y a esperar el próximo reto.
Un abrazo
Publicar un comentario