sábado, 3 de octubre de 2009

XXV Volta a Peu a Algar

Efectivamente, la carrera de Algar es increiblemente bonita. El recorrido por caminos forestales y las subidas y bajadas hacen que sea probablemente la carrera más atractiva que haya corrido hasta ahora.
Sin nervios ya, acudí acompañado de mis niñas a la salida (llegamos un poco tarde, como siempre que voy con ellas a cualquier sitio) y apenas pude calentar como es debido, pero salí bien, con ganas y marcando un ritmo un poquito precipitado para mí. Los dos primeros kilómetros los marqué a 4:49. A partir de ahí empezó una subida por la montaña que me dejó un poco torrao, y que hizo que la gente que venía conmigo se fuera un poquito para adelante hasta el km 4.

A partir de ahí venía una bajada por una pista forestal hasta llegar a la presa en el 5,5 y durante esa bajada, recuperé el ritmo y la motivación. Poco a poco, en fila de a uno, iba pasando a corredores y me esforzaba en llegar lo más adelante posible. En la subida posterior a la presa (unos 600m) apreté de nuevo y conseguí salir de mi grupo y ir hacia delante, pero ésos corrían más. A la entrada al pueblo ya iba buscando la meta como un loco, y de repente una cuesta increible (que ya habíamos subido a la salida y no la recordaba tan empinada) me puso en mi sitio. Subí despacito, perdí ritmo y maldije la cuesta que me estaba rompiendo el ritmo y la posibilidad de bajar de 40'. Pero al final de la cuesta estaban mis niñas y les oí gritar "¡ya viene papá!" Saludé como pude y apreté los dientes en la bajada.


Al final, conseguí pasar al que cerraba el grupo que iba delante de mí a 10 metros de meta, y por desgracia quedé el 205 (daban camisetas técnicas a los primeros 200) y paré el crono en 40'33''. Por poco no conseguí mi objetivo, pero acabé feliz por haberme esforzado de esa manera y haber podido apretar los dientes al final.

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